viernes, 17 de noviembre de 2017

El chocolate

 

1. El chocolate


Dentro de la historia del chocolate en España, conviene destacar cómo este alimento se consumía en cualquier lugar y momento, lo que provocó que las autoridades prohibieran su venta ambulante como bebida en 1644. Otro dato interesante de este producto es el problema que existía con la falsificación, ya que algunas de estas incluían productos nocivos como serrín, insecticida, corteza de cacao, cinabrio, sulfito de mercurio rojo o polvo de plomo rojo, aunque en España solamente se falsificaba el chocolate añadiendo grasas animales, aceite, mantequilla y yema de huevo.



El chocolate más sano es el negro y el que concentra un porcentaje elevado de cacao (70% o superior), pues a mayor pureza, menor cantidad de azúcares añadidos y más antioxidantes.
Del chocolate puro es de donde obtendremos mejores nutrientes y más beneficios para la salud, mientras que el chocolate con leche o el chocolate blanco, poseen mayores proporciones de grasas saturadas y azúcares, con una disminución de fitonutrientes entre sus componentes.
Entre sus propiedades encontramos:

1) Es fuente de antioxiodantes: sobre todo polifenoles que se elevan unas dos horas después de su ingesta, como se evidenció en una investigación. Esto indica que la ingesta de chocolate negro con 70% o más de cacao puede neutralizar radicales libres del oxígeno, cuidar cada célula del cuerpo e incluso, prevenir la oxidación de lípidos lo que reduciría el riesgo de sufrir aterosclerosis.

2) Reduce la presión arterial si se consume a diario, como se mostró en un estudio que comparó chocolate negro rico en polifenoles y chocolate blanco sin polifenoles, por lo tanto, la ingesta de chocolate negro de alta pureza puede reducir la presión arterial y así, cuidar el funcionamiento cardiovascular.

3) Mejora la sensibilidad a la insulina, lo cual puede ser de gran ayuda para prevenir la diabetes o para personas con exceso de peso que desean cuidar su metabolismo, siempre y cuando se consuma chocolate negro, pues como se comprobó, el chocolate blanco no reduce la presión arterial ni mejora la sensibilidad a la insulina en el cuerpo.

4) Favorece la circulación sanguínea al mejorar la función endotelial mediante los flavonoides que presenta el chocolate negro y puro, como se ha demostrado en un estudio, donde se comprobó que éstos componentes dilatan el endotelio y así, ayudan a prevenir problemas vasculares y tienen efecto antitrombótico.

5) Ofrece potasio, magnesio y calcio que también contribuyen a una correcta salud cardiovascular y que, además, pueden favorecer la función del sistema neuromuscular, por lo que su ingesta, puede ayudar a deportistas, sobre todo, para recuperarse después de un esfuerzo físico, como se ha demostrado en investigaciones previas.

6) Incrementa el colesterol bueno o HDL, lo cual también favorece al corazón y al sistema vascular y sólo en algunos estudios se ha visualizado una reducción de las concentraciones de colesterol malo o LDL.

7) Se asocia a menor peso corporal y mejor perfil metabólico, si se consume regularmente en moderadas cantidades, según se ha demostradocuando se ingería unas dos veces a la semana como parte de la dieta habitual.

8) Ayuda a mantener dientes sanos, si se consume el chocolate negro con alto grado de pureza, pues se ha comprobado que la teobromina presente en el chocolate contribuye a remineralizar el esmalte dental y mantener su estructura fuerte.

9) Mejora habilidades cognitivas, como por ejemplo, la memoria tras su consumo, explicado en parte al incremento del flujo sanguíneo cerebral y a los flavonoides del chocolate negro de alta pureza.

El chocolate es una pasta hecha con cacao y azúcar molidos, a la que generalmente se añade canela o vainilla, aunque también es una bebida que se hace de chocolate desleído y cocido en agua o en leche.


2. El chocolate en la literatura
Son muchos los autores que han incluido el chocolate dentro de sus obras, como el escritor francés Jean Anthelme Brillat-Savarin, un filósofo de la gastronomía y que tiene como obra principal Fisiología del paladar o meditaciones de gastronomía trascendental. Otros autores hispanos que introdujeron este alimento en sus obras son José Carlos Carmona en Sabor a chocolate y Laura Esquivel en Como agua para chocolate.




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